Y llené mi faro de pequeñas luces, copas robustas, figuras del belén, espumillones... Disfruté casi a diario de las mesa bonitas y de los buenos momentos sin poner excusas.
Pusimos cada adorno sin prisas, arañando ratitos a las rutinas y haciendo lo posible para vivir cada momento.
Hemos encendido cada vela, semana a semana. Abierto la ventana del calendario día a día...
He conseguido marcar en mi agenda casi todas las citas con los más importantes, después de contarnos nuestras vidas...
Y sin apenas darnos cuenta las mañanas amanecen con niebla, los patios con el velo de frío que cubre cada suelo descarado antes de que la lluvia o los escasos rayos de sol se lo quiten de enmedio. Parece que llegan "esos días".
Y así poco a poco ha empezado a oler a navidad , y yo tan feliz de ver que los momentos se dejan caer, por haber sumado para sentir ese olor, disfrutar esta vez si, de unos días y noches buenas lejos de las imposiciones y las "normativas vigentes".
Hasta el proximo año.
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