En medio de mi kaos los días seguían amaneciendo, y las agujas del reloj seguían girando a mi parecer... Demasiado deprisa ¿Alguien ha comprobado si siguen siendo 24 horas las que ocupan un día?
Por suerte el fresco de la mañana le daba culetazos a los calores que el cambio climático derramo este verano. Había dias que a primera hora de las mañanas hasta se antojaban las sudaderas. Estaba claro que las tradiciones de finales de septiembre ya estaban aquí.
Dia a dia me iba reencontrando con las caras de mi antigua vida. Algunos sorprendid@s con el nuevo retoño, otros de tenernos cerquita. Estaban siendo días para encontrarse con aquellos que fueron mi vida y que en una u otra medida pusieron su grano para hacer lo que podría haber sido lo de siempre, los de siempre.
Recordaba haberme marchado de aquí dejando unas gentes, con sus vidas que sin embargo no eran las mismas. Los mas importantes habían crecido cerca pero había muchos otros que envueltos supongo en sus propósitos no parecían ser los mismos, lo veía en sus ojos. Tampoco era plan decirles a la cara lo cambiados que se les veía, sobretodo si no era para bien, no era necesario y no es que me sintiera precisamente con derecho a husmear en cuestiones que no fuesen de mi incumbencia pero en términos generales fue un choque de realidad, incluso con los que veía mejor. Lo que para nosotros estaba siendo un nuevo comienzo no podía ser tan ilusionante para los que seguían como siempre y donde siempre, o al menos eso creía... Y era un choque. Es curioso como tu mente predetermina que todo va a seguir igual, mientras pasan los años y con ella las historias de cada un@. Tenia la sensación de estar retomando mi vida, regresando al futuro.
A veces sentía que mi entusiasmo no estaba en el lugar apropiado y era solo cuestión de tiempo encajarlo con y donde me sintiera más yo, mas autentica que, sin ánimo de ser egoísta solo pretendía evolucionar y aplicar todo lo vivido para retomar aquellas vidas que tuvimos que dejar paradas.
Supongo que cada persona, con su propia historia, se rinde ante lo que la vida le trae y poniendo al respeto por delante me daba cuenta que los años no pasaban en balde, yo incluida y es que amigos, tampoco era cuestión lo de rendirse pero claro, todo es relativo... Si algo me había enseñado la enfermedad de mi hijo era a ser y sentirme agradecida de vivir, con sus cinco letras. A llevar la cabeza bien alta, sentirme orgullosa de mi trayecto y a disfrutar de cada momento. ¿Hay a caso mejor manera de continuar creciendo? ¿O acaso la sabiduría de la experiencia no era una herramienta dorada? Al fin y al cabo la vida es movimiento, para nosotros y para los que se quedaron.
Esta loca insensata venia con ganas, a su ritmo pero con ganas ¿Hay algo más importante? ¿Sería capaz de volver a encajar donde estuve? Tal vez yo, nosotros, también habíamos cambiado...
Hasta el próximo capitulo.
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